martes, 2 de diciembre de 2014

INICIO DEL TIEMPO LITÚRGICO DE ADVIENTO EN NUESTRA PARROQUIA.

Preferencia del color morado, propio del Adviento y colocación de las cuatro velas semanales.


PARA EL TIEMPO LITÚRGICO DE ADVIENTO SE HA COLOCADO EN CADA UNA DE LAS DOS IGLESIA CO-SEDES EL SÍMBOLO DE LAS CUATRO VELAS SEMANALES, QUE SE IRÁN ENCENDIENDO A LO LARGO DE LOS CUATRO DOMINGOS DEL ADVIENTO. 

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Hemos comenzado un Año Litúrgico nuevo, el correspondiente al ciclo "B". El primer tiempo que celebramos del Año Litúrgico es el ADVIENTO, palabra latina que significa "venida" y que la Iglesia utiliza en el sentido de la venida del Señor. Es por lo tanto un tiempo de espera y de esperanza que se simboliza en la liturgia cristiana con el color morado, por ser un tiempo también de conversión interior como preparación al encuentro con el Señor que viene y que llega en el tiempo litúrgico de la Navidad.



El Adviento tiene una duración de cuatro semanas, y cada una de ellas comienza en domingo. El Adviento termina y culmina con la celebración el Nacimiento de Jesucristo en la Noche Buena, dando esta celebración comienzo al tiempo de Navidad.



A modo de reloj, la Iglesia usa el símbolo de las cuatro velas del Adviento, las cuales se van encendiendo paulatinamente y de manera progresiva cada uno de los domingos, y nos sirve como simbolismo de que Cristo, la Luz del mundo, cada vez está más cerca de nosotros y de cómo su presencia ilumina la oscuridad de nuestras vidas y de nuestro entorno.




En la Iglesia de la Piedad, en el Presbiterio, se ha colocado delante de la Mesa del Altar una corona hecha con ramas de pino, y en ella se han colocado las cuatro velas del Adviento, cada una de un color: morado (la conversión), verde (la esperanza), roja (la caridad) y blanca (la alegría). Una corona, signo de la santidad, del color de la vida y de la esperanza que nos invita a santificar nuestra vida a la espera de la llegada del Señor, para que, cuando llegue, nos encuentre preparados para recibirle.




En la Iglesia de San Juan Bautista se han colocado las cuatro velas del Adviento en la escalinata del Presbiterio y delante de la Mesa del Altar, porque el Adviento es un camino de subida al encuentro del Señor. Y a la espera de esta llegada tenemos la compañía y la referencia del gran modelo que es la Virgen María, que aparece en una imagen copiada de la Inmaculada de Alonso Cano. Las escaleras se han cubierto con una alfombra de color morado que nos advierte del camino de conversión que es el Adviento, que irá dando en nosotros el fruto de la caridad, que se expresa en la donación de alimentos que los fieles irán haciendo en estas semanas previas a la Navidad y que serán colocados en esa alfombra morada.




El Señor, está cerca, preparemos nuestra vida y nuestro corazón para recibirlo con la ayuda de su Palabra, la cual escucharemos cada domingo del Adviento. Dios nos regala su Palabra, y, a través de ella, nos regala una virtud. En forma de caja de regalo expresaremos los dones que Dios nos da. En el Primer Domingo de Adviento el Señor, con su Palabra, nos regala la Esperanza, regalo simbolizado con una caja envuelta en papel de regalo de color verde que se ha colocado junto al Ambón. En los siguientes domingos irán apareciendo simbólicamente las restantes cajas de regalos.