martes, 16 de diciembre de 2014

LA PARROQUIA DESPIDE EN UNAS SOLEMNES EXEQUIAS A SU SACRISTÁN.

Don Juan José Quirante, junto con su esposa Doña Vicenta, fue durante muchos años sacristán de la Iglesia de San Juan Bautista.


NOS HA DEJADO DE MANERA CASI INESPERADA A PESAR DE SU EDAD Y HA DEJADO UN RECUERDO GRANDE EN NUESTRA PARROQUIA POR LOS AÑOS EN LOS QUE HA SERVIDO DE FORMA PERSEVERANTE COMO SACRISTÁN. DESCANSE EN PAZ.

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Don Juan José Quirante ha fallecido y ha sido despedido en las exequias celebradas en nuestra Parroquia en la tarde del domingo 14 de diciembre. Era por todos conocido como el Sacristán oficial del Templo de San Juan Bautista, junto con su esposa Doña Vicenta. Ambos se encargaban del mantenimiento, limpieza y cuidado de la Iglesia. Un servicio de muchos años y de mucha perseverancia. Cuando llegó a Baza Don Salvador Olivares, anterior Párroco, este matrimonio ha estado colaborando en nuestra Parroquia, debido a la amistad que ambos tenían con él desde la infancia, pues además eran paisanos.


Hacía ya varios meses que Don Juan José no ejercía el servicio de Sacristán. La salud y la edad de él y de su esposa les hizo dejar de desempeñar este oficio realizado con mucho esmero, pero siempre han estado disponibles para lo que se les ha necesitado y cuando han podido se han unido a nuestras celebraciones eucarísticas.

Fallecía en la tarde del sábado 13 de diciembre y fue sepultado, al día siguiente, en el Cementerio Municipal de la Virgen de la Piedad de Baza. Pero, antes recibía la despedida de sus familiares, de sus amigos y de numerosos feligreses de la Parroquia en la Iglesia de San Juan Bautista, su "segunda casa", en unas solemnes exequias oficiadas por Don Emilio José Fernández, el Párroco, y Don san Salvador Olivares, anterior Párroco.


En la homilía, Don salvador Olivares resaltó su amistad con la familia de Juan José y la labor que él y su esposa hicieron durante muchos años en nuestro Templo: tocar las campanas, abrir y cerrar la puerta, lavar y planchar los purificadores y corporales, contar las colectas... Un trabajo muchas veces desapercibido pero que ayudaba al buen funcionamiento de la vida parroquial. Olivares también tuvo palabras de ánimo y de esperanza en estos momentos de tristeza por la despedida de "un buen hombre, marido, padre y amigo".

Desde aquí nos repetimos en ese agradecimiento por todo lo que este matrimonio ha realizado en nuestra Parroquia. Siempre quedará, como dijo Don Emilio José al término de la celebración, el recuerdo y el vacío en la Iglesia de San Juan Bautista de un Sacristán dispuesto a todo y fiel a la que siempre consideró su Parroquia sin serlo. Descanse en Paz y oremos por él.