sábado, 7 de febrero de 2015

MENSAJE DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS.

DOMINGO V

DEL TIEMPO ORDINARIO.

Domingo 8 de febrero de 2015.

"Le llevaron todos los enfermos y endemoniados".
(Marcos 1, 29-39).


Para leer la reflexión de la Palabra de Dios
de este Domingo, pincha abajo en "Más información".


Este domingo celebramos un acontecimiento importante en nuestra Parroquia de San Juan Bautista de Baza, y en definitiva toda nuestra ciudad, pues se trata de la Patrona, del 525º Aniversario de su Hallazgo, que inauguramos con la Visita de la sagrada imagen de Nuestra Señora de la Piedad a la Iglesia de San Juan Bautista, en la tarde del sábado 7 de febrero.

Además, en este domingo, por ser el segundo del mes de febrero, es el de la Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas. Esta organización católica, Manos Unidas, quiere concienciar de que hay muchos hombres y mujeres, especialmente niños y niñas, que viven en la absoluta miseria sin tener ni lo imprescindible para vivir como alimentos, agua potable, una sanidad digna, una educación integral, etc. Hoy se nos pide que no miremos hacia otro lado porque hermanos y hermanas nuestras tienen necesidades. Se nos pide ayuda económica para colaborar con los proyectos de Manos Unidas en todo el mundo.

La construcción de una escuela de Bachiller en Madagascar será la contribución que, desde la Diócesis de Guadix, se realice con lo que se recoja durante todo este año 2015. Se necesitan  42.470 € para este proyecto que va a crear condiciones para salir de la pobreza a  los cientos de chicos y chicas que estudien en él.

En la Primera Lectura de hoy, Job es un hombre creyente que ha padecido muchos golpes en la vida y con el que nos podemos identificar más de uno: ha fracasado, ha vivido la traición y la decepción de algunas personas, la muerte le ha arrebatado seres queridos... A pesar de las dificultades, ha perseverado en la fe y ha profundizado en las realidades esenciales de la existencia humana, haciéndose preguntas sobre el sentido de la vida humana. Job llega a conclusiones que le hacen entender nuestra vida como una misión que hemos de cumplir y de la que hemos de dar cuentas, siendo recompensados como lo es el jornalero que ha hecho bien su faena. Él siente la velocidad del paso del tiempo y de los días, la fugacidad de la vida, y los sufrimientos que nos hacen sentir la soledad y el vacío. ¿Y quién de nosotros no ha experimentado lo mismo? No somos nada aunque nos creemos ser demasiado.

El Salmista nos da la esperanza de tener un Dios grande, que sana nuestras heridas cuando nos muerde la vida, y que domina todo lo creado porque nada le supera. Y termina diciendo que el Señor está de parte de los humildes, de los que lo necesitan, de los que se sienten inferiores. 

Pablo en la carta de hoy nos habla del sentido de la vida para el cristiano: hemos sido creados por Dios y enviados a esta tierra cumplir una misión, el anuncio del Evangelio. Cuando más lo vivo y lo anuncio más feliz soy. Por eso el anunciarlo tiene como recompensa o salario la felicidad que da el vivirlo y el hacerlo llegar a todos.

Y en el pasaje del Evangelio de Marcos, para muestra de todo lo anterior: Jesucristo. Él nos dice cual es el sentido de nuestra vida y lo que merece la pena, la razón de nuestra existencia y la misión que el Padre nos ha encomendado. No sólo lo dice sino que viéndolo actuar vemos en lo que consiste. Se pasa el día ayudando a la gente, a los que lo buscan porque buscan a Dios. Se pasa una jornada sin una vivienda propia sino peregrinando y haciendo el bien a su paso, regalando paz y amor. Y el tiempo que le sobra lo dedica al encuentro con su Padre en la oración íntima en la que recarga fuerzas y ganas de seguir dándose. Mucha tela lo que hoy se nos dice, porque es mucho lo que se nos exige.

¿Qué hacemos nosotros por los demás? ¿Dedicamos tiempo para anunciar el Evangelio y hacer bien a quien lo está buscando? ¿Mi oración personal me compromete en la acción con el mundo? ¿Vivo sólo lamentándome como Job o me pongo con ilusión a desgastar mi vida y mi tiempo en Dios y en su Reino?

Hermanos y hermanas, que tengáis buen Día del Señor y que lo viváis con alegría y dando alegría.