Primera celebración de la Fiesta de la Presentación del Señor, llamada también de "La Candelaria", en la Iglesia de la Virgen de la Piedad, iniciándose con la procesión de las candelas y en la que ha habido una gran asistencia de fieles.
A los cuarenta días del Nacimiento del Niño Jesús, sus padres lo llevaron al Templo de Jerusalén para presentarlo a Dios como era la tradición judía. Al mismo tiempo en Jesús esta escena adquiere un mayor significado por ser el Mesías e Hijo de Dios, el cual es reconocido por el anciano Simeón como la Luz que ha venido a alumbrar a las naciones. Cristo es la Luz que ha venido a iluminar un mundo en tinieblas. Esa es la razón por la que la Liturgia de este día se inicia con una procesión con candelas, para expresar también que Cristo es la Luz de la Iglesia y de los cristianos.
Con el paso del tiempo, esta Fiesta de la Candelaria fue adquiriendo un sentido cada vez más mariano para resaltar la maternidad de la Virgen María que nos muestra a Jesús. Por eso hoy ha tenido un sentido especial el celebrar esta Fiesta en la Iglesia de la Virgen de la Piedad donde se encuentra la imagen de nuestra Patrona. Con Ella hoy nos hemos acercado a quien es nuestra Luz, el Señor Jesús.
La Celebración de la Eucaristía, tras la Exposición del Santísimo y rezo del Santo Rosario como todos los sábados, se ha iniciado al fondo del templo, en la Capilla de
la Virgen del Pilar. Las luces del templo se han apagado y se han encendido las candelas, las cuales ha bendecido el Rector, que ha presidido la celebración. Tan sólo ha quedado iluminado el Camarín donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, que atraía la mirada de todos los asistentes como el faro atrae la de los navegantes en la oscuridad de la noche. Se ha procesionado por el interior del templo mientras se cantaba la alegría de estar en la Casa del Señor. Una vez que el Sacerdote ha subido al Presbiterio , se han encendido de nuevo las luces del templo y se han apagado las candelas para continuar la celebración eucarística.
la Virgen del Pilar. Las luces del templo se han apagado y se han encendido las candelas, las cuales ha bendecido el Rector, que ha presidido la celebración. Tan sólo ha quedado iluminado el Camarín donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, que atraía la mirada de todos los asistentes como el faro atrae la de los navegantes en la oscuridad de la noche. Se ha procesionado por el interior del templo mientras se cantaba la alegría de estar en la Casa del Señor. Una vez que el Sacerdote ha subido al Presbiterio , se han encendido de nuevo las luces del templo y se han apagado las candelas para continuar la celebración eucarística.
La celebración ha terminado con el canto de la Salve, como todos los sábados, con el que todo el pueblo ha felicitado a la Virgen en este día especial. A continuación han sido numerosos los fieles que han subido al Camarín de la Virgen de la Piedad para rezarle de manera más íntima y despedirse de Ella.
