sábado, 15 de febrero de 2014

CUARTA CHARLA DEL PRIMER CURSO DE FORMACIÓN COFRADE DE LA PARROQUIA.


Don José Gabriel Molina Castellar, Párroco de Benalúa de Guadix, ha sido el ponente de la cuarta charla de formación paras los miembros de las hermandades y cofradías de nuestra Parroquia, exponiendo el tema central de este curso: La Pasión, Muerte y Resurrección.

A las 20:30 horas del viernes 14 de febrero comenzaba, en la Sala Juan Pedernal del Convento de la Merced, la cuarta charla del primer curso de formación cofrade de nuestra Parroquia, con la asistencia de unos ochenta hermanos de las cinco cofradías con sede canónica en los dos templos-sedes de la Parroquia.

La sesión comenzaba con una presentación de la charla y del tema por parte del Párroco y Consiliario de las hermandades y cofradías de la Parroquia de San Juan Bautista, Don Emilio José Fernández, quien ha señalado la importancia del tema al tratarse del misterio central de la vida de Cristo y del fundamento de nuestra fe. Un tema que nos pone ya en la dirección del camino cuaresmal y que las hermandades y cofradías penitenciales han de vivir espiritualmente con gran intensidad, como todos los cristianos, en la Semana Santa.

A continuación, Don Carlos Valle, responsable de la Catequesis de adultos de la Parroquia y miembro del Equipo de formación cofrade parroquial, ha presentado al ponente, Don José Gabriel Molina Castellar, párroco en la actualidad del pueblo de Benalúa de Guadix, natural de Cuevas del Campo. Ha hecho un recorrido de las parroquias en las que Molina Castellar ha vivido su ministerio del diaconado y del sacerdocio. Ha señalado su vinculación con el mundo de las cofradías.

Molina Castellar ha comenzado su exposición centrando a los presentes en que el fundamento de todo cristiano ha de ser el Señor Jesús, pues Él es el fundamento de nuestra fe. No siempre lo tenemos asumido al estar sometidos a tantas distracciones por los tiempos en los que estamos viviendo de crisis en todos los sentidos, tensiones sociales y políticas, etc.

La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús forma parte de lo que en teología se conoce como Misterio Pascual, puesto que de Jesucristo no se conoce todo e históricamente hay muchas cuestiones sin resolver. Sin embrago, ha dejado claro que la Muerte de Jesús es el hecho de su vida que más se acepta como histórico, de hecho también fue lo primero que anunciaron las primeras comunidades cristianas más antiguas y fue también el relato más antiguo del Evangelio.

El Misterio Pascual es el paso de Dios por la Historia. La vida de Jesús y la acción de Éste se centran en la Redención (rescate) del pueblo de Dios y de la humanidad, pues Cristo nos salva del pecado, que es el mal. Cristo borra el pecado con el sacrificio personal que hace en la cruz. Él es el Hijo de Dios, y al mismo tiempo es profundamente humano, por lo que su sacrificio es perfecto y redentor.

Nuestra religión comienza en el Misterio de la Encarnación del Verbo, del Hijo de Dios, que se hace humano: de carne y de sangre. Y en su acción salvífica intervienen el Padre y el Espíritu Santo. El sacrificio de Cristo es redentor, porque nos rescata del pecado; es reparador, porque enmienda el daño de la culpa; y es expiatorio, porque satisface la deuda de otro. La Primera que coopera en el proyecto redentor de Cristo es su Madre, la Virgen María.

El sentido del dolor cristiano se comprende en el Misterio Pascual. Como dijo a los jóvenes el emérito Papa Benedicto XVI en la JMJ de Madrid: "no paséis de largo ante el dolor porque os engañáis a vosotros mismos". Cristo en la cruz vive la virtud de la caridad, de la obediencia, de la humildad y del desprendimiento.

María en la Pasión vive el dolor en el silencio de quien acompaña asumiendo el dolor de Madre.

Cristo muere en la cruz abandonado en los brazos del Padre y su alma se separa de su cuerpo, bajando a los Infiernos para rescatar las almas pecadoras. 

No podemos demostrar la resurrección del Señor desde la ciencia histórica, pero hay tres datos con los que podemos probarla: el cambio radical en la conversión de los discípulos, ya no huyen ni viven en el miedo sino que están dispuestos a dar su vida por el Resucitado tras sus encuentros con Él; la austeridad y sobriedad de los relatos de la resurrección; el robo del cuerpo de Cristo por sus discípulos es algo imposible en la cultura y mentalidad judía.

La sesión ha terminado con unas breves palabras de agradecimiento del párroco y Consiliario a Molina Castellar, y recordando que la próxima y última charla de este curso será en el mes de mayo. Ha invitado a que todos los hermanos de las hermandades y cofradías hagan un esfuerzo para asistir y vivir las celebraciones del Triduo Pascual, y a estar presentes todos en la celebración eucarística del inicio de la Semana Santa, el Domingo de Ramos.