domingo, 4 de mayo de 2014

MENSAJE DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS. Domingo 4 de mayo de 2014.



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Jesús es el Camino, así nos lo dice Él en el Evangelio de San Juan, y, hoy, el Resucitado, se nos presenta como el Camino. Y es que es así como San Lucas identifica a Cristo desde el momento de su Concepción en el bendito vientre de la Virgen María, pues desde ese momento ya se pone en camino para visitar, junto a su Madre, a la prima de ésta: Isabel. Y en el camino nace en Belén, huye a Egipto con sus padres, sube al tempo de Jerusalén todos los años, recorre caminando toda la Galilea anunciando el Evangelio, sube el camino a Jerusalén hasta llegar a la cima del Gólcota donde entrega su vida.

Caminando, y sin cansarse de caminar, ha vivido su vida terrena. Y, resucitado, sigue caminando en nuestro camino de bautizados, hace el camino a nuestro lado, saliéndonos al encuentro diariamente para hablarnos con su Palabra y para alimentarnos con su Pan y Vino, con la Eucaristía. En la Sagrada Escritura, en los Sacramentos, en la Oración y en los Hermanos, el Resucitado se hace encuentro y se queda con nosotros. Con Él el camino, nuestro camino personal de bautizados hacia el Reino de Dios, se hace llevadero y merece la pena vivirlo. Con Él el camino de la noche (de las dudas, miedos, crisis, sufrimientos, dificultades...) termina en el amanecer de la alegría pascual.