sábado, 18 de octubre de 2014

MENSAJE DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS. Domingo 19 de octubre de 2014.


Para leer la reflexión de la Palabra de Dios
de este Domingo, pincha abajo en "Más información".


Hoy en nuestra Parroquia de San Juan Bautista clausuramos la Visita Pastoral del Obispo, que ha estado dos semanas con nosotros compartiendo lo que somos y lo que tenemos, hemos podido acoger sus mensajes y sentir los cuidados del Pastor. Por todo eso le damos las gracias a Dios y también oramos por los doce jóvenes y adultos que hoy reciben el sacramento de la Confirmación después de un año de Catequesis preparatoria.

También nos unimos a toda la Iglesia que en este tercer domingo de octubre, como todos los años, celebra el el Domund, Domingo Mundial de las Misiones. Oremos por los misioneros que trabajan para que Cristo sea conocido en todo el mundo. Muchos misioneros viven en situaciones límites y peligrosas, de pobreza extrema, de persecución por su fe y ahora también siendo víctimas de enfermedades mortales como el ébola.

Hoy el pasaje bíblico del profeta Isaías nos habla de Ciro, el elegido de Dios para liberar a su pueblo Israel de la opresión y de su destierro. Y es que el amor de Dios por nosotros se convierte en fuerza liberadora para cambiar la situación de esclavitud por la de libertad. Pero una vez más observamos cómo Dios se vale de un mediador que en su nombre actúa desde el bien para vencer el mal que hiere a los hombres. Ciro es un anuncio profético anticipado de lo que será la venida del Mesías, porque Cristo ha venido a salvar y a liberar a los hombres del pecado y hasta de la misma muerte. Cristo lleva a cabo la voluntad del Padre, que desde siempre ha buscado la salvación de la humanidad. Porque Él es el único y verdadero Dios frente a otros falsos dioses que resultan atractivos para el hombre, como el dinero, que da seguridad pero corrompe y se vive para él (esclaviza).

Por eso en el Evangelio de este domingo, en el que Cristo aparece interrogado para definirse por el compromiso social de pagar impuestos y por el compromiso creyente de amar a Dios. En su tiempo, el judío que pagaba el impuesto romano, porque Israel estaba sometida al Imperio romano, se consideraba un acto de paganos. Esta pregunta es comprometedora: porque si Jesús aprueba pagar el impuesto a Roma será tachado por los judíos más radicales de traidor; si Jesús recomiendo el impago del impuesto romano está cometiendo un delito penado por las leyes de los romanos. Esta pregunta "trampa" Jesús la supera con una respuesta magistral: que a cada uno se le dé lo suyo, es decir, el cristiano ha de cumplir como hombre que vive en una sociedad pero como hombre creyente ha de cumplir también con Dios haciendo su voluntad. Pero eso sí, el corazón del hombre de fe ha de poner su deseo y su pasión en el Señor de los señores. Y todo esto se consigue hacer, como dice Pablo en su Carta de hoy, cuando estamos unidos al Espíritu Santo.

Muchas veces nos olvidamos de que somos cristianos cuando sólo aprobamos las ideas, movimientos, políticas, vivimos para nuestros negocios, proyectos, sueños... Formamos parte de una sociedad y tenemos que contribuir a hacerla mejor. Pero eso no nos puede llevar a dar la espalda a Dios y vivir fuera de la voluntad divina. Dios nos pide coherencia y sinceridad, que sólo se consiguen cuando de verdad somos personas íntegras y con convicción de lo que somos para no movernos en la hipocresía o en la ambigüedad. La moneda material es para el poder humano, pero el hombre es para su Creador. No dejes de ser pertenencia de Dios.


¿Amo de verdad a Dios? ¿Confío más en lo material y las posibilidades de los hombres que en Dios? ¿Trabajo para enriquecerme o para hacer el bien sirviendo a los demás? ¿Vivo para mí o vivo teniendo a Dios en cuenta en mi vida?