domingo, 6 de septiembre de 2015

MENSAJE DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS.

Domingo 6 de septiembre de 2015.




Para leer la reflexión de la Palabra de Dios
de este Domingo, pincha abajo en "Más información".


Queridos hermanos y hermanas:

En este Domingo, el número XXIII del Tiempo Ordinario, el tema central de la Palabra de Dios es el de convencernos de la presencia del Reino de Dios en medio de nosotros, pues hay manifestaciones de que con Cristo este Reino ya es una realidad que podemos sentir y apreciar.

En la Primera Lectura el profeta Isaías nos invita a superar los miedos que son los que nos paralizan y frenan, los que nos llenan de negatividad y de pasividad. Cuando ese miedo que es provocado por experiencias negativas, fracasos anteriores, etc. se nos mete en el corazón, no sólo nos demostivamos sino que nos encerramos en nosotros mismo y en un mundo que nos hacemos a la medida de sentirnos a gusto y sin problemas.

En la segunda Lectura el Apóstol Santiago denuncia la desigualdad en el trato que hay entre los miembros de las primeras comunidades cristianas, pues se dan muchos casos en los que los favoritismos y "amiguismos" manejan las relaciones fraternas. Se da el trato especial y se trata mejor a los que son más poderosos, acomodados económicamente o tienen un prestigio social. El cristianismo defiende como una de sus esencias fundamentales la igualdad entre los hermanos y miembros de una misma comunidad, pues todos somos hijos de Dios.

En el Evangelio de Marcos, a modo de catequesis, el evangelista nos relata un suceso acaecido y realizado por Jesús: la curación de un sordo y mudo. Este hecho histórico es también interpretado desde el punto de vista espiritual, por lo que contemplamos a Cristo como el Señor que sigue actuando hoy en la Iglesia y en los creyentes, permitiendo que podamos escuchar la Palabra de Dios y podamos anunciarla a los demás. En un mundo de sordos que no escuchan a Dios sino que escuchan las voces de una humanidad perdida en el dinero, en el poder, en el prestigio... Jesucristo nos permite oír a Dios, su mensaje de amor que nos puede cambiar la vida. En un mundo de silencios, en el que se silencia las injusticias, se miente, se critica, callamos por miedo... Jesucristo nos pone en la boca su verdad, su Buena Noticia, su mensaje del Reino de Dios. La Palabra de Dios no ha caducado, no está desfasada, sino que hemos enmudecido a Dios porque no nos interesan sus propuestas. Hemos tapado con ruidos de un mundo inhumano la palabra divina que nos humaniza.

Estamos sordos y mudos cuando no oramos con la Palabra de Dios sino que la tenemos fosilizada en un libro bien encuadernado y colocado de adorno en la estantería. Estamos sordos y mudos cuando no transmitimos a los demás nuestra fe, cuando nos da vergüenza hablar de Dios en nuestras familias y en nuestras reuniones amistosas. Estamos sordos y mudos cuando no defendemos a quien no puede defenderse, cuando silenciamos u ocultamos realidades que son más que denunciables o injustas.

Estamos todos llamados a ser profetas, profetas de Dios en un mundo apartado de Él. No podemos quedarnos recluidos en nuestro mundo fantástico y apartado de la realidad, nuestro micro-cosmos hecho a nuestra medida. Tenemos más cosas, tenemos más comodidades, tenemos muchos avances que nos hacen la vida más fácil, pero estamos enfermando cada vez más espiritualmente. Cristo es el mejor remedio, es la verdadera salud, el verdadero médico que nos hace sanos y portadores de salud.

Feliz Día del señor para todos y buen comienzo de curso.