sábado, 14 de junio de 2014

MENSAJE DOMINICAL DE LA PALABRA DE DIOS. Domingo 15 de junio de 2014.


Para leer la reflexión de la Palabra de Dios
de este Domingo, pincha abajo en "Más información".

El Domingo pasado, Solemnidad de Pentecostés, clausurábamos la Pascua para dar comienzo al Tiempo Ordinario, en el que nos encontramos ya, y que durará varios meses hasta que termine en la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. El Tiempo Ordinario es una llamada a la Iglesia y a cada cristiano a la espera en el Señor que vendrá al final de los tiempos, es sentir a Cristo que ha resucitado pero que camina junto a la Iglesia transmitiéndonos sus enseñanzas a través del Evangelio. Por eso el color litúrgico con el que identificamos este tiempo es el verde.

Las lecturas de la Liturgia de la Palabra de hoy son breves pero intensas en el contenido y con un único mensaje en esta Solemnidad de la Santísima Trinidad: Dios es uno, es trinitario, y su esencia es el Amor. Un amor que se nos ha transmitido en Cristo y un amor que nos une a Dios formando parte de Él.

Sin Dios la vida del creyente no tiene sentido y todo se convierte en absurdo. Dios explica los misterios que los humanos no entendemos y que tantas preguntas despiertan en nosotros. Dios no es para estudiarlo sino para conocerlo desde un conocimiento que implica el amor, dicho de otra manera, a Dios no se le conoce como a una pieza de laboratorio sino que a Dios se le ama y amándole es como se le conoce.

Por eso, hoy nuestra reflexión personal debería ser cuestionarnos: ¿quién es Dios para mí?, ¿qué aporta a mi vida la fe en Él?, ¿de verdad Dios tiene espacio, y qué espacio, en mi corazón?