Minutos antes del inicio de la Santa Misa, llegaba el Cascamorras de esta edición del 2017, en la tarde del 6 de septiembre, a la Plaza de la Merced; y hacía su entrada posterior en el interior del Convento donde se aseó y se vistió de gala para encontrarse con la Señora de Baza.
Iniciada la Eucaristía de la Novena a la Virgen de la Piedad y después de la proclamación del Evangelio, el Cascamorras entraba en el interior del templo, siendo recibido por el Rector y aplaudido por los presentes que le daban así la bienvenida.
Situado en un reclinatorio cerca de la sagrada imagen que preside el presbiterio, El Cascamorras se recogía en una largo y silencioso momento de oración. Después, invitado por el Padre Emilio Fernández, el Cascamorras saludó y agradeció con emotivas palabras los momentos que acaba de vivir en esa tarde y, a continuación, la Hermana Mayor le dirigió unas breves palabras y le impuso la medalla de la Hermandad de la Piedad de Baza.
Cuando el Cascamorras se retiró, la celebración litúrgica continuó.
Iniciada la Eucaristía de la Novena a la Virgen de la Piedad y después de la proclamación del Evangelio, el Cascamorras entraba en el interior del templo, siendo recibido por el Rector y aplaudido por los presentes que le daban así la bienvenida.
Situado en un reclinatorio cerca de la sagrada imagen que preside el presbiterio, El Cascamorras se recogía en una largo y silencioso momento de oración. Después, invitado por el Padre Emilio Fernández, el Cascamorras saludó y agradeció con emotivas palabras los momentos que acaba de vivir en esa tarde y, a continuación, la Hermana Mayor le dirigió unas breves palabras y le impuso la medalla de la Hermandad de la Piedad de Baza.
Cuando el Cascamorras se retiró, la celebración litúrgica continuó.