domingo, 10 de mayo de 2015

LAS RELIGIOSAS Y FIELES DE LA CIUDAD DE BAZA ORAN POR LAS VOCACIONES EN LA IGLESIA DE LA PIEDAD.

Gran participación de religiosas y de fieles en la primera Vigilia de Oración por las Vocaciones celebrada en Baza.


LAS RELIGIOSAS DE VIDA ACTIVA DE LA CIUDAD DE BAZA SE HAN REUNIDO PARA ORAR POR LAS VOCACIONES, EN UNA VIGILIA QUE AL MISMO TIEMPO TAMBIÉN SE CELEBRABA EN LA CIUDAD DE GUADIX.
UN GRUPO CONSIDERABLE DE FIELES SE HAN UNIDO EN UN ACTO EN EL QUE SE HA TENIDO MUY PRESENTE A LAS MADRES DOMINICAS DE BAZA.

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No es la primera vez que se celebra esta Vigilia diocesana de oración por las vocaciones, pues se viene haciendo todos los años en la ciudad de Guadix, en la Parroquia de El Sagrario. Pero sí ha sido la primera vez que se ha hecho al mismo tiempo en Baza para facilitar a las comunidades religiosas de nuestra ciudad su asistencia.


La Vigilia de Oración comenzaba a las 19:30 horas, del sábado 9 de mayo, en la Iglesia de la Piedad, junto a la imagen de la Patrona de Baza. El acto ha sido presidido por el Rector del Templo, que al mismo tiempo es el Delegado diocesano para la Vida Consagrada. Al acto han asistido religiosas de todas las comunidades de vida activa presentes en nuestra ciudad, en unión espiritual a la comunidad de Religiosas Dominicas, la única de vida contemplativa que hay en nuestra localidad.


La celebración, preparada por las mismas religiosas, ha consistido en una Exposición del Santísimo con una Liturgia de la Palabra en la que se han leído textos bíblico con referencia a la llamada de Dios a lo largo de todos los tiempos. También ha habido momentos de silencio para la meditación personal.


Han estado presentes las comunidades de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, de las Misioneras del Divino Maestro, de las Religiosas de la Presentación de la Virgen María y de la Compañía de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. Además se ha unido un grupo numerosos de fieles. Terminada la Exposición del Santísmo, todos los presentes se han quedado a la celebración de la Eucaristía de las primeras vísperas del Sexto Domingo de Pascua, en la que también se ha pedido por las vocaciones.