miércoles, 31 de diciembre de 2014

AÑO 2015, CELEBRACIÓN DEL 525º ANIVERSARIO DEL HALLAZGO DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA PIEDAD.

A comienzos del 2015 se hará una solemne celebración de Apertura para conmemorar el acontecimiento, que se clausurará a finales del mismo.



EN LOS PRIMEROS MESES DEL AÑO DE 1490 FUE HALLADA, POR DON JUAN PEDERNAL, LA SAGRADA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA PIEDAD DE BAZA. EN TODO ESE TIEMPO EL AMOR A LA VIRGEN HA SIDO SEÑA DE IDENTIDAD DE LOS CRISTIANOS BASTETANOS, LLEGÁNDOLA A CONSIDERAR LA PATRONA DE LA CIUDAD.
EN EL 2015 CELEBRAMOS EL 525º ANIVERSARIO DEL HALLAZGO DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN. SU HERMANDAD QUIERE FESTEJARLO CON UNA SERIE DE CELEBRACIONES RELIGIOSAS Y ACTOS CULTURALES QUE COMENZARÁN A PRIMEROS DEL MES DE FEBRERO. 

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Según nos cuentan las Crónicas de la época, un año después de ser tomada la Ciudad de Baza por  las tropas de los Reyes católicos en el 1489, fue hallada en el año de 1490 la sagrada imagen de la Virgen de la Piedad. En este año 2015 se cumple el 525 aniversario de este milagroso hallazgo y la Hermandad de la Virgen de la Piedad quiere festejarlo con una serie de celebraciones religiosas y actos culturales.

Para el próximo miércoles 14 de enero está convocada una reunión de la Junta de Gobierno de la Hermandad que, junto al Párroco y Consiliario de la misma, va a hacer la programación de las celebraciones y actos que se esperan realizar a lo largo de todo el año 2015.

En un principio, aunque está pendiente de que se apruebe en la reunión del 14 de enero, por parte del Párroco existe la intención de hacer una celebración solemne de Apertura del 525º Aniversario en la primera semana del mes de febrero.

El propósito tanto del Párroco como de la Hermandad es de que el pueblo de Baza viva durante el 2105 un tiempo de gracia y de acción de gracias al Señor por la presencia de la Virgen de la Piedad durante 425 año en esta ciudad. Será un año y una ocasión más para expresarle a la Patrona de Baza el amor de su pueblo y de sus hijos.



Según los datos históricos, todo empezó así:

Tomada Baza por los Reyes Católicos, el 4 de diciembre de 1489 festividad de Santa Bárbara, procedieron al reparto de tierras entre los nobles que le acompañaban en la Reconquista, siendo uno de ellos Don Luís de Acuña y Herrera, Capitán y Maestresala de los monarcas y lugarteniente del gobernador de Baza, que recibió autorización real para edificar una Iglesia eligiendo para tal fin un solar situado en el arrabal donde se encontraban las ruinas de la antigua ermita mozárabe, destruida por los almohades y colindante con la moreria, barrio donde se alojó a la población morisca que eran los islámicos que se bautizaron.

Los trabajos comenzarían en los primeros meses de 1490 y, según la tradición, cuando los trabajadores procedían a hacer las excavaciones para los cimientos del nuevo templo, uno de ellos, llamado Juan Pedernal, natural de Guadix, notó que su pico tropezaba con un cuerpo duro embutido en el terreno; creyendo que se trataría de una gruesa piedra descargó con todas sus fuerzas un fuerte golpe de pico, quedando absorto al escuchar una lastimera y dulce voz que dijo: ¡Ten Piedad!

El obrero, lleno de estupor y emoción, comunicó lo oído a sus compañeros que, como no habían escuchado voz alguna, procuraron convencerle de que sería producto de su imaginación. Pero ante su insistencia removieron con cuidado los escombros tropezando, al fin, con una masa de yeso con sonido a hueco en la que aparecía el orificio causado por el golpe de la herramienta. No atreviéndose a descubrir lo que contenía el tosco yesón, comunicaron lo sucedido a Don Luís de Acuña que acudió acompañado de gran número de personas que ya habían escuchado el maravilloso relato, y en presencia de todos se abrió el caparazón, dentro del cual encontraron una imagen de la Santísima Virgen.

Colocaron la sagrada Imagen en un altar improvisado con materiales de la obra, mandando el señor de Acuña a un criado a que trajese de la próxima Iglesia de San Juan cuatro cirios, orando todos con gran fervor y mudos de emoción ante aquella Virgen a la que desde aquel momento, por las palabras que el obrero dijo haber escuchado, se le dio el título de Nuestra Señora de la Piedad.