Aunque no estaba la imagen de la Virgen de la Piedad en su Camarín, en la tarde del sábado 26 de abril se han celebrado por primera vez en la Iglesia de la Virgen de la Piedad las Primeras Confesiones de los niños de Catequesis de la Parroquia de San Juan Bautista que hacen en el mes de mayo la Primera Comunión en la Iglesia de San Juan Bautista.
Después se han celebrado las Primeras Confesiones con una fiesta preparada por los padres y los catequistas de los niños en el patio del Convento de la Merced.
A las 20:00 horas, terminada la Eucaristía vespertina dominical de las 19:00 horas, en la Iglesia de la Virgen de la Piedad, comenzaba un Acto Penitencial comunitario en el que los niños del tercer curso de Catequesis Infantil de la Parroquia, que harán la Primera Comunión en el mes de mayo, han recibido por vez primera el sacramento de la Penitencia.
Ha sido la primera vez que se ha hecho en este templo que también pertenece a la Parroquia. La razón ha sido por tratarse de un grupo de niños muy numeroso. Los niños han estado acompañados por sus padres y hermanos, y por las tres catequistas que los han preparado durante tres años.
El Párroco, Don Emilio José Fernández, ha presidido el Acto Penitencial, explicando al principio del mismo la importancia de este sacramento que hoy recibían los niños, por primera vez; y la manera de hacer una buena confesión. Después, uno a uno, se han ido acercando los niños al confesionario preparado en el Presbiterio del templo. También se han acercado a recibir este sacramento algunos de los padres. La celebración ha terminado con la oración del Padre nuestro y con el Rito de la Paz. Una vez acabada la celebración, los niños se han hecho una fotografía de grupo junto al Párroco y las catequistas.
Finalizado el acto religioso, todos han pasado al patio del Convento de la Merced donde las familias han preparado una pequeña merienda-cena para homenajear a los niños. En un ambiente agradable de convivencia, las tres catequistas de la Parroquia han sido obsequiadas con unas macetas que les han regalado los padres de los niños como agradecimiento por el trabajo pastoral de preparar a sus hijos para los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.