viernes, 17 de abril de 2015

CUARTA Y ÚLTIMA CONFERENCIA DE LA XXIV SEMANA DE TEOLOGÍA DIOCESANA EN BAZA.

El tema ha sido “Por una sociedad en favor de la familia y la vida” por Don José Mazuelos Pérez, Obispo de Asidonia-Jerez y miembro de la Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española.


LA TERCERA CHARLA DE LA XXIV SEMANA TEOLÓGICA DIOCESANA EN BAZA, HA TRATADO CÓMO EDUCAR Y TRANSMITIR DESDE LA FE EL VALOR DE LA FAMILIA EN UN MUNDO CADA VEZ MÁS DESHUMANIZADO.
LA PROPIA FAMILIA ES LA PRIMERA ESCUELA EN LA QUE SE HA DE CULTIVAR Y MOSTRAR EL VALOR DE LA FAMILIA.
AL PONENTE LO HA ACOMPAÑADO NUESTRO OBISPO DIOCESANO.

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El jueves 16 de abril, en el auditorio del Conservatorio de Baza,  a las 20:30 horas, daba comienzo la cuarta y última charla de la XXIV de Semana de Teología organizada por la Delegación de Anuncio de la Fe y el Arciprestazgo de Baza. En esta ocasión el ponente ha sido el Obispo de Asidonia-Jerez y miembro de la Subcomisión de Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española, Don José Mazuelos Pérez. El tema ha sido “Por una sociedad en favor de la familia y la vida". En la mesa le ha acompañado nuestro Obispo de Guadix, Mñ. García Beltrán.


Mñ. Mazuelos comenzó su intervención aclarando que no se puede conocer a la familia sino se conoce la concepción del hombre en esta sociedad. Por tanto, lo primero que realizó fue hacer un análisis de la familia en la actualidad destacando la realidad sociológica de la misma. Y aquí insistió en la ruptura entre amor y sexualidad, entre procreación y familia presentando una visión individualista y materialista del ser humano como un absoluto relativo donde se relega a Dios. 


El Obispo de Jerez advertía que, al quitar el Misterio aparece el concepto de auto-creación del hombre el ser humano crea la realidad y el que "esté fuera es un anatema". A todo esto hay que añadir la ideología de género ("da igual ser hombre o ser mujer") y por último resaltaba que es la sociología quien define a la familia como un mero contrato de dos personas que deciden vivir juntos. 

Y por último, el conferenciante, añadía toda una filosofía romántica donde se afirma que el amor está en función de la intensidad y por eso la mayor amenaza de estas parejas es el tiempo que provoca una falta de esperanza hace que no tengan hijos.

Tras este panorama, Mñ. Mazuelo destacaba el valor y riqueza de la familia cristiana donde la verdad del amor no está en la intensidad, ni engordar "mi yo a costa de otro yo", sino en "el morir a mi yo para encontrarme con el otro". De ahí que para la Iglesia el matrimonio es una promesa, un camino donde el amor se va construyendo día a día. 



La conferencia, amena y con un lenguaje cercano, era terminada con la afirmación de que la familia es reflejo del amor de Dios, "donde se habla de un nosotros", ya no son dos sino uno en una sola carne para compartir todo en fidelidad . En este proyecto existencial, "el agua del amor humano se convierte en el vino divino" y es que el amor debe ser de donación y no de engorde "del propio yo". 


El Obispo de Guadix, Mñ. García Beltrán, clausuraba con sus palabras esta intensa semana en la que se ha debatido y hablado de la familia, dejando una reflexión abierta y motivando a ver esta realidad social y también eclesial (la familia) como un don de Dios, una forma de vivir y anunciar el Evangelio, y la primera escuela en la que se forman los hombres y mujeres del futuro. El pasado Sínodo de los Obispo sobre la Familia, que aún no ha concluido, ha estado muy presente y ha sido mostrado en sus profundidades más que es las noticias anecdóticas.

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